Uno de los problemas más comunes es la disociación entre diseño e implementación de la estrategia de negocios. Veamos dos aspectos claves.

Ante la pregunta de qué es más importante, si el diseño de la estrategia o su implementación, a simple vista uno podría decir que es el diseño. Sin estrategia no hay claridad de hacia dónde vamos, por lo que es fundamental, dicen varios. Pero otros argumentan lo contrario diciendo que no sacamos nada con tener una estrategia si no la implementamos. Por ejemplo, Steve Jobs decía: “Para mí las ideas no valen nada a menos que se ejecuten. Son simplemente un multiplicador. La ejecución vale millones”.

Sin embargo, la respuesta correcta es que ambos son importantes. Necesitamos una gran estrategia que se implementa con excelencia. Ok, pero la pregunta del millón es cómo. Y la respuesta no es para nada trivial dado que a muchas organizaciones les cuesta un montón la ejecución de la estrategia. Y no es porque sean tontos o no quieran implementarla.

Lamentablemente no hay una sola respuesta correcta y por supuesto que también varía según las características de la empresa. Sin embargo, pretendo en esta columna dar un par de pistas.

Estrategia de negocios: Dos aspectos claves

Problema de disociación entre diseño e implementación

Uno de los problemas más comunes es la disociación entre diseño e implementación de estrategias. Incluso, en muchos casos el que diseña la estrategia no está pensando en su implementación y por lo tanto se preocupa que exista un buen diagnóstico, un análisis del entorno, una clara definición de las opciones estratégicas y de la propuesta de valor.

En otras palabras, que quede bien estructurado el techo de la casa. Pero, lamentablemente no piensan que sin una estructura que sostenga el techo, este se viene abajo.

La clave entonces está en diseñar la implementación desde el principio. Es decir, en el minuto que empecemos a diseñar la estrategia (dónde competir y cómo ganar), deberíamos diseñar también la forma en que la vamos a activar.

La estrategia es un fenómeno profundamente social

Para hacerlo bien necesitamos entender cuáles son nuestros stakeholders más relevantes e involucrarlos desde el principio. Para ello, es clave que diseñemos bien aquellas instancias para que los stakeholders entiendan y se metan en la estrategia. Cuando la gente la entiende y ve cómo se relaciona con su trabajo, podrán trabajar el día a día con una orientación estratégica.

Lo que estoy diciendo es que la estrategia debe dejar de ser un conjunto abstracto de opciones estratégicas. Por el contrario, debe ser un set claro y accionable de opciones que fueron creadas por y para personas reales.

Estrategia es acerca de involucrar a las personas correctas, en los momentos correctos, con las herramientas adecuadas, para obtener su ayuda para mejorarla, moverla hacia adelante y finalmente que se haga realidad.