La inteligencia artificial y en particular el ChatGPT, más bien pueden colaborar en el trabajo de quienes elaboran la estrategia.

La respuesta corta es no. Una de las razones de esto no es que la estrategia es una de las prácticas conceptuales más integradoras. Muchos piensan que la IA y el ChatGPT poco menos que decidirían, en lugar del líder empresarial, cuál es la estrategia correcta. Ese no es el enfoque correcto.

Más bien hay que pensar en utilizar la IA como apoyo a los componentes básicos de la estrategia, que podría mejorar significativamente los resultados (como un asistente virtual). Es difícil que la IA sepa todo lo que sabe un ejecutivo, pero puede ayudarlo con ciertas tareas.

Estrategia e inteligencia artificial: ¿en qué puede ayudar?

Hay numerosos aspectos del trabajo de los estrategas en los que la inteligencia artificial (IA) puede hacer un aporte. Veamos algunos:

Inteligencia descriptiva

Una de ellas es la analítica o también llamada inteligencia descriptiva. Las empresas la utilizan en tableros de control para estudiar el rendimiento de las diferentes partes del negocio. La actualización automática de estos puede ser un aspecto en que la IA podría aportar.

Inteligencia de diagnóstico

El segundo es la inteligencia de diagnóstico. Es decir, la capacidad de mirar hacia atrás en el negocio y comprender las causas fundamentales y los impulsores del rendimiento. Aquí por ejemplo la IA y el ChatGPT podría ayudar a entender en forma granular de dónde viene el desempeño positivo (en vez de usar cientos de analistas para lograrlo después de muchas horas, estas herramientas podrían hacerlo en muy poco tiempo posiblemente).

Inteligencia predictiva

El tercero es la inteligencia predictiva: ser capaz de anticipar ciertos escenarios u opciones y el valor de estos en el futuro en función del impulso del pasado. Nuevamente, la IA nos puede ayudar a predecir el impacto futuro de ciertas decisiones u opciones estratégicas

Usar la IA de manera cuidadosa

Debido a que las decisiones estratégicas tienen consecuencias importantes, una consideración clave es usar la IA de manera cuidadosa, en el sentido de comprender por qué hace una determinada predicción y qué extrapolaciones realiza a partir de qué información. Luego se debería evaluar si la predicción es confiable o no. Incluso se podría usar la IA para rastrear la evolución de los supuestos de esa predicción.

En cualquier caso, esto es proceso en desarrollo que tomará su tiempo en materializarse y en descubrir su real aporte. Así fue lo que ocurrió con Edison, quien patentó la luz eléctrica en 1880, sin embargo, no fue hasta 40 años después que el 50% de las casas y fábricas ocupaban electricidad.